sábado, 17 de marzo de 2012

OBSOLESCENCIA PROGRAMADA


Obsolescencia programada


EQUIPOS PROGRAMADOS Y SISTEMAS PENSADOS PARA QUEDAR OBSOLETOS.



El mundo de la informática, y ahora por extensión el de la telefonía móvil, se mueve a una velocidad de vértigo. Cada 18 meses se dobla el número de transistores que es posible integrar en un procesador, reza la famosa ley de Moore, y por consiguiente prácticamente cada año tenemos la posibilidad de tener en nuestras manos un producto más potente por el mismo precio, o menos, que pagábamos el pasado. Leyes similares de aceleración existen sobre el almacenamiento o la calidad de las pantallas. Lo único que parece no avanzar igual de rápido es la capacidad de las baterías. Este avance ocurre en otras industrias y mercados también, desde la automoción a los electrodomésticos, pero no al mismo ritmo ni con un efecto tan evidente.

Que se sepa que un teléfono o un PC el año que viene vaya a ser más potente, sin embargo, no quiere decir que la obsolescencia se haya programado o que el dispositivo se vuelva inútil pasados uno, dos, tres o más años. En la mayoría de los casos se puede seguir usando con la misma funcionalidad o más que cuando se adquirió. Puede ser más o menos complicado según ciertas condiciones de diseño, cierto. Apple, por ejemplo, no fabrica dispositivos con batería extraíble así que hay que desatornillar la carcasa para poner un repuesto si pasados unos años la batería comienza a dar problemas. La garantía del producto está agotada a esas alturas así que puede hacerse sin miedo, pero evidentemente en Cupertino podrían poner las cosas más fáciles si quisieran (hay toda una serie de beneficios también en el uso de baterías no accesibles, en términos de diseño, portabilidad y autonomía. Con la llegada de los Ultrabooks varios fabricantes de PC también están optando por este tipo de baterías porque permiten añadir más horas de trabajo y porque la batería extraíble es una de esas características que los fabricantes consideran una imposición: la gente la demanda pero luego rara vez la utiliza).

A estas alturas ya se puede imaginar como encaja todo esto. Mi posición frente a la de Manuel Ángel es que un smartphone de hace cinco años puede seguir siendo igual de útil en el día a día que cuando se adquirió. Lo que ha cambiado son nuestras expectativas de lo que puede y debe hacer un teléfono. Del mismo modo el ordenador de hace cinco años hace exactamente lo mismo que hacía entonces, lo que ocurre es que todo el entorno ha evolucionado (las páginas web tienen gráficos más pesados y más resolución, los juegos son más complejos,...) y la sensación es que el producto está obsoleto. Somos nosotros los que le ponemos la etiqueta porque vemos la ventaja (o pensamos que la hay) de usar una herramienta más rápida y capaz.

En informática los ciclos empiezan a ser más largos porque hablamos ya de un producto maduro. Muchos usuarios están descubriendo que un ordenador de hace cinco años con un software bien actualizado o una distribución de Linux sencilla funciona fantásticamente bien para el uso diario.

Con los smartphones y las tabletas, en cambio, estamos aún en un mercado muy reciente y cada año el salto en potencia y características es significativo. Ojo, estoy hablando aquí sólo de cuándo se queda obsoleto un smartphone. Sé que hay mucha gente que está contenta con un móvil más sencillo y no tiene interés en saltar a los smartphones y para ellos el avance no es tan rápido. La situación, en cualquier caso, es bastante mejor que la que había a mediados de la primera década del siglo, cuando era fácil que Nokia, por ejemplo, pusiese en el mercado 50 móviles al año, varios de ellos en la gama que entonces se consideraba alta. Durante unos años el mercado del PC también tenía dos ciclos de renovación al año, primavera y otoño.

La llegada del iPhone, y luego Android, cambió el mercado de la telefonía de un modelo basado en hardware a uno basado en software. Los teléfonos son ahora "plataformas" y pueden actualizar su software más fácilmente, añadiendo funciones y permitiendo que se extienda su vida útil. Esto se podía hacer antes también, pero era bastante más complicado. Apple aún vende el modelo 3GS de iPhone, por ejemplo, que tiene tres años, y aún soporta la última versión del software. En Android la situación es más confusa porque hay más actores involucrados pero gracias a las ROMs que crean proyectos como CyanogenMod se puede alargar la vida de un teléfono de forma significativa.

¿Qué pasa cuando el teléfono ya no se puede mantener en la última versión? Un iPhone de 2007 hoy en día no ofrece las misas funciones que un un iPhone 4S, claro, pero tampoco se queda terriblemente lejos. Durante la semana he podido acceder al correo, consultar la web y responder llamadas y SMS. Hay, eso sí, varias limitaciones. La versión máxima de iOS que se puede poner en el dispositivo es la 3.1 y muchas de las aplicaciones que hoy en día están en la App Store ya no son compatibles con nada por debajo de la 4.0. Los desarrolladores de estas apps, incluida la propia Apple, utilizan APIs que no están disponibles en las versiones anteriores. El iPhone 3G, el modelo que salió a la venta hace 4 años y el primero que se vendió en España, sí puede instalar esta versión y por tanto muchas de las aplicaciones (no todas), aunque evidentemente le cuesta mover ciertos juegos y apps avanzadas.

Con el modelo de 2007 tuve que usar la versión web de Facebook o Twitter, por ejemplo. Instagram funcionaba aunque de manera limitada. Otras apps, como Whatsapp, funcionan correctamente. De las más de 100 aplicaciones que probé a instalar sólo unas 20 no dieron problemas, aunque son lentas si se está acostumbrados a usar un teléfono más moderno.  Aún así hay que tener en cuenta que cuando compré el iPhone en 2007 el dispositivo no tenía siquiera acceso a una tienda de apps. La idea de la App Store y las aplicaciones nativas llegó un año más tarde así que en cierto modo fue un "extra" sobre la funcionalidad por la que pagó el usuario. Si no hubiera actualizado el software y borrado las aplicaciones que tenía instaladas cuando lo saqué de la caja la semana pasada tendría también bastantes más apps. Aún estarían las versiones antiguas que sí eran compatibles. Para alguien que no haya dejado de usar el teléfono en los últimos cinco años la experiencia es diferente a la que he tenido yo, menos problemática.

Por supuesto hoy en día otras limitaciones del teléfono son irrisorias. La velocidad de conexión EDGE parece una tortura y posiblemente habría tenido que tirar la toalla si no hubiera acceso por WiFi en muchas cafeterías y restaurantes y aún así el WiFi es lento (802.11b). La calidad de las llamadas de voz es baja comparada con la que ofrecen los móviles actuales, dotados de doble micrófono para aislar el ruido ambiente. No hay GPS ni giroscopio interno (necesario para muchos juegos) y la cámara es muy mala si juzgamos con los estándares actuales. Incluso en 2007 había teléfonos con mejor cámara en el catálogo de otros fabricantes. La revolución del iPhone, lo que lo hizo único, no vino por el lado de las prestaciones sino del software y la experiencia de uso.

Uno de los mayores problemas que he encontrado es que no puede acceder a las funciones de iCloud e iMessage (una suerte de Whatsapp o BBM propio de Apple). Este último lo uso con bastante frecuencia y durante esta semana los mensajes me han llegado sólo al iPad o al iPhone 4S cuando estaba dentro de una zona con cobertura WiFi. Los vídeos que he probado se han reproducido bien y la música, por supuesto, también. Me ha sorprendido mucho que a pesar de los cinco años que han pasado el navegador web del iPhone todavía va bastante fluido, casi más que el de muchos teléfonos "inteligentes" actuales de gama media / baja.

¿Usaría a diario el teléfono durante un mes, como me propuso inicialmente Manuel Ángel? No. Necesito ciertas funciones y aplicaciones por mi trabajo o simplemente porque me he acostumbrado a ellas. La cámara es un ejemplo. Como me gusta la fotografía móvil volver a la del iPhone 2007 es demencial. Pero para un usuario que no tenga la necesidad de estar a la última sigue siendo un teléfono funcional. No muy bueno para lo que hay hoy en día, pero funcional.

Y esa es la clave del asunto. En la prensa tecnológica nos hemos hartado de contar como el smartphone se está convirtiendo en el nuevo móvil por defecto de la mayoría de la población. Sin embargo seguimos pensando en él como un producto que sólo interesa a los llamados "early adopters" y que por tanto se cambia cada año o dos años. Esta transformación del mercado viene con consecuencias que hasta ahora no hemos experimentado y una de ellas es la de que los ciclos de vida más largos. El Motorola Razr V3, móvil sencillo bastante popular, salió a la venta en 2004 pero Motorola vendió más de la mitad de unidades a partir del año 2006. Ahora vamos a empezar a ver cosas parecidas dentro del mundo de los smartphones. A lo mejor no serán ciclos tan largos como el del Razr pero sin duda hay muchas personas que no necesitan cambiar de teléfono o tableta cada año (ni cada dos, como "mandan" los contratos de permanencia) y que aunque quieren y usan las características de un smartphone - navegan por la web y descargan aplicaciones-  no tienen por qué comprar necesariamente el último modelo.

Datos personales

Peligrosas palabras para buscar en la WEB


Pues según los resultados del estudio llevado a cabo por McAfee, el Top 5 de palabras más peligrosas para buscar en la web está compuesto por: “Word Unscrambler”, “Lyrics”, “MySpace”, “free music download” y “phelps, weber-gale, jones and lezak win 4×100m relay”. También hicieron una lista con las categorías más peligrosas a la hora de buscar y los primeros puestos fueron completados por: “Lyrics”, “Free”, “Web”, “Gear Gadgets and Games” y “Olympics”.

¿Quién hubiera dicho que es mucho más peligroso buscar letras de canciones y el sitio MySpace que porno, keygens o cracks? Pues de manera inteligente, los hackers no buscan las palabras más buscadas o términos buscados por nichos de usuarios, sino palabras de todos los días que se buscan casualmente y son insospechadas de ser estafas.


Dato para terminar las espinillas, o barros.

Si tus pensamientos están transformando una caldera en tu cabeza, por las espinillas y grasitud que tienes en tu piel, aquí hay un consejo.
Caldera en tu cabeza electronando19687@gmail.com

Insumos
1 cucharada de de pasta de zanahoria.
1 cucharada de yogurt natural.
Caldera en tu cabeza electronando19687@gmail.com
Consejos
Antes de realizar cualquier tratamiento debes cerciorarte si tu problema no es por algún desequilibrio hormonal, o un problema oncológico, por lo que te aconsejo visitar a tu especialista. Pero aquí te va un consejo que ojala te baje la temperatura en tu cabeza transformada en una caldera.
Caldera en tu cabeza electronando19687@gmail.com

Procedimiento
Se mezcla la cucharada de pasta de zanahoria con la cucharada de yogurt natural
Luego se aplica se sobre la zona afectada por las espinillas suaves masajes en forma ascendentes, cuidando de abarcar la parte afectada con grasa y barros o espinillas.
Caldera en tu cabeza electronando19687@gmail.com
Deja secar por algunos minutos asta que se forme una especie de mascarilla, te quedará como tirante la cara.
Caldera en tu cabeza electronando19687@gmail.com
Espera unos minutos mientras se seca y vete a dormir, si sientes malestares retírala inmediatamente con agua.
Al día siguiente enjuaga tu piel con abundante agua, en lo posible a temperatura agradable no saques la de una caldera como para quemarte, ni con hielo que empeorara tu situación, todo con mesura y poco a poco verás que iran desapareciendo esas terribles manchas y podrás salir, si quieres a bailar, a pasear, y terminar con esa caldera en tu cabeza.
La zanahoria debes rallarla y molerla en un cedazo hasta que sea de una textura suave.
Si necesitas más consejos ponte en contacto con el autor.

Caldera en tu cabeza electronando19687@gmail.com

Caldera in your head.

If your thoughts are transforming a boiler in your head, on the shins and grasitud you have in your skin, here;s a tip.